31 de agosto de 2023
Si estás leyendo esto, es muy probable que busques un nuevo portátil. Y es posible que, mientras investigabas y comprobabas las especificaciones portátiles, te encontraste con términos como "gráficos independientes", "GPU dedicada", "GPU integrada"… y empezaste a preguntarte cuál es exactamente la diferencia y cuál se adapta mejor a tus necesidades.
Este artículo busca explicar las dos variantes y ofrecer algunos consejos para elegir lo que mejor se adapte
a tus necesidades.
¿Cómo funcionan las GPU?
Una unidad de procesamiento gráfico (GPU) es una placa de circuito impreso encargada de procesar los datos relacionados con las imágenes. En pocas palabras, traduce una serie de impulsos eléctricos en comandos para la pantalla y le "dice" qué píxeles deben iluminarse en un momento dado.
¿Cómo funciona? Es un proceso muy complejo, pero simplificaremos las cosas y daremos una idea
general del proceso.
Todo lo que haces en el portátil, mover el ratón o pulsar los botones del teclado, envía información a la CPU (unidad central de procesamiento, también conocida como procesador) para que la procese. Parte de los datos que recibe la CPU están relacionados con las imágenes. La CPU envía esta información a la GPU. A continuación, la GPU traduce esos datos en información que posteriormente envía a la pantalla. Si tienes curiosidad por saber más, Intel ofrece más información sobre qué son las GPU y cómo funcionan en el artículo enlazado.
¿Qué es una GPU dedicada?
Una GPU independiente o dedicada, también conocida como dGPU, es un procesador gráfico independiente del chip de CPU. Este tipo de GPU suele utilizarse en portátiles especializados de gama alta diseñados para la creación de contenido o videojuegos. Se alimenta independientemente de la CPU, lo que permite a la CPU trabajar a su máxima capacidad de procesamiento sin compartir potencia.
Algunos ejemplos de tarjetas gráficas independientes son la serie AMD Radeon™ RX o las GPU NVIDIA®
GeForce RTX™.
Ventajas
Los gráficos dedicados son mucho más potentes y estables que una GPU integrada y son capaces de manejar tareas gráficas pesadas como la creación de contenido o videojuegos.
Al no compartir potencia con la CPU, el procesador puede dirigir toda su potencia a sus propios procesos, lo que aumenta eficazmente el rendimiento de la CPU. Esa es la razón por la que la CPU de un portátil con dGPU puede superar a menudo a su equivalente en un portátil con solo gráficos integrados.
Además, algunas potentes tarjetas gráficas dedicadas incorporan el ray tracing. Esta tecnología ofrece una experiencia de visualización de mayor calidad, especialmente al jugar o trabajar con contenidos 3D. Si esto te suena a algo que haces, deberías plantearte seriamente comprar un portátil con una GPU compatible
con ray tracing.
Cabe mencionar que muchos portátiles que incorporan GPU dedicadas todavía tienen una tarjeta gráfica integrada en el chip de la CPU. Estos portátiles pueden alternar entre la dGPU y la iGPU. Esta funcionalidad se habilita mediante un interruptor MUX Switch, como el que incorporan algunos portátiles gaming y para creadores de gama alta. Cuando la demanda de procesamiento es baja, el portátil dirige los procesos gráficos a la tarjeta gráfica integrada por su eficiencia.
En algunos casos, el puerto de conexión de la pantalla, por ejemplo, HDMI, USB-C o DisplayPort, se conecta directamente a la GPU, lo que garantiza una conexión rápida.
Inconvenientes
Como la GPU dedicada se alimenta independientemente de la CPU, la autonomía de la batería puede sufrir. Al fin y al cabo, en vez de tener que alimentar un chip, hay dos componentes separados que necesitan energía para funcionar. Sin embargo, esto suele ser personalizable si el interruptor MUX Switch está disponible. Los portátiles equipados con MUX Switch pueden ser muy eficientes cuando no procesan tareas gráficas pesadas.
Además, una GPU dedicada requiere más espacio, tanto para el propio chip como para los componentes de alimentación y refrigeración. Eso se traduce en un poco más de peso y un poco más de grosor.
¿Qué es una GPU integrada?
El tipo más común de GPU para portátiles es la integrada, también conocida como iGPU. A menos que un portátil se diseñe para grandes cargas de trabajo, es muy probable que solo tenga una GPU integrada.
Estos procesadores gráficos están integrados en el mismo chip que la CPU, por lo que comparten la potencia. Son perfectas para realizar la mayoría de las tareas del día a día. Las GPU integradas modernas son capaces de ejecutar algunas tareas más avanzadas, como crear contenido sencillo o videojuegos más simples.
Ejemplos de una GPU integrada frecuente serían los gráficos Intel® Iris Xe o los gráficos AMD Radeon™.
Ventajas
La gran ventaja de una GPU integrada es su eficiencia. Vive en la misma placa base que la CPU, por lo que comparte su potencia. También genera muy poco calor, lo que favorece el rendimiento del portátil al evitar la pérdida de rendimiento que causa la ralentización (un interruptor de seguridad de los componentes informáticos que ralentiza su funcionamiento para evitar el sobrecalentamiento y daño permanente).
Una iGPU también ocupa muy poco espacio, lo que permite chasis extremadamente delgados y ligeros. Los portátiles con solo gráficos integrados suelen costar menos.
Inconvenientes
Por el lado negativo, las GPU integradas pueden no ser capaces de manejar algunos procesos gráficos más pesados, como la edición de vídeo o el renderizado de contenido 3D. Como comparte la potencia con la CPU, cuando ambas funcionan a la vez, ninguna de las dos es capaz de alcanzar todo su potencial.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayoría de las tareas del día a día, como procesar textos o navegar por Internet, exigen muy poco a la GPU, lo que significa que casi toda la potencia se dirige a la CPU para un funcionamiento fluido.
¿Quién debería optar por una GPU dedicada para el portátil?
Las GPU dedicadas son imprescindibles para los creadores de contenido o los jugadores. Cuando proceses archivos pesados y ejecutes procesos complejos como la edición de vídeo o el renderizado de gráficos 3D, o ejecutes el último lanzamiento de un juego AAA, necesitarás toda la potencia que puedas conseguir.
Y esto vale tanto para la CPU como para la GPU. Si tu CPU no puede rendir al máximo porque comparte potencia con la GPU, podría ralentizar la productividad o los juegos.
¿Quién debería optar por una GPU integrada?
La inmensa mayoría de los usuarios no tendrán ningún problema con los gráficos integrados. Si quieres utilizar tu portátil solo para tareas comunes como navegar por Internet, ver vídeos, trabajar con Microsoft Office, asistir a videoconferencias o incluso para juegos ligeros, una iGPU debería ser suficiente.
Una iGPU también permite un chasis más fino y ligero, así como una batería más grande para una mayor autonomía de la batería. Estas son las características clave de un portátil para quienes se
desplazan con frecuencia.
Por último, si tienes un presupuesto ajustado, te conviene optar por un portátil que incorpore una iGPU. La iGPU significa un componente menos y una solución de refrigeración menos robusta, lo que se traduce en un precio más bajo.
Otras consideraciones al elegir un portátil
Por supuesto, no debes elegir un portátil basándote únicamente en su GPU. Otras consideraciones importantes son el tipo de CPU, el peso y las dimensiones del dispositivo, la tecnología de pantalla y, por supuesto, el precio.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las GPU no se pueden actualizar en un portátil. Los usuarios que necesiten más potencia de la que puede ofrecer la GPU de su portátil tendrán que comprar
una nueva máquina.
Solemos recomendar que, si tienes dudas entre dos portátiles, optes por el de mayores especificaciones. Por tanto, si prevés que en el futuro necesitarás un portátil que pueda manejar tareas más pesadas, invertir en un portátil con una GPU y una CPU más potentes puede ahorrarte dinero a largo plazo.
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